lunes, 11 de mayo de 2009

MÁS DE UN CENTENAR DE NIÑAS ESPAÑOLAS, VÍCTIMAS DE GARDASIL

Este editorial es de la revista Discovery Salud
La llamada Vacuna contra el Virus del Papiloma Humano -que algunos denominan también falsa y gratuitamente Vacuna contra el cáncer de cuello de útero o Vacuna contra el cáncer de cervix y se comercializa en Europa como Gardasil por Sanofi-Pasteur-MSD y como Cervarix por GlaxoSmithKline- ya se ha cobrado sus primeras víctimas inocentes en España: más de un centenar de niñas han sufrido efectos adversos de suficiente consideración como para que los médicos que las atendieron informaran de ello a las autoridades sanitarias, treinta y cinco de ellas con reacciones consideradas “graves” de las que cinco necesitaron hospitalización urgente. Dos de ellas tuvieron que permanecer más de diez días en la Unidad de Cuidados Intensivos de un hospital valenciano y los padres temieron seriamente por sus vidas. Y ello a pesar de que desde el Ministerio de Sanidad y Consumo que preside el otrora bien considerado doctor Bernat Soria se haya intentado una y otra vez tranquilizar a la población asegurando que la vacuna es segura. Lo que se ha alegado afirmando que no está “demostrada” la relación de la vacuna con el estado de las niñas -a pesar de que todas las reacciones tuvieron lugar muy poco después de ponérselas- en una defensa numantina de la misma que sólo cabe calificar de nauseabunda y define el nulo nivel ético de quien tamaña sandez intenta sin pudor que transmitan los medios de comunicación acríticos y dóciles acostumbrados a recoger sin rechistar las consignas y verdades oficiales que deben transmitir a diario desde las esferas del poder si quieren seguir recibiendo las ayudas estatales en forma de publicidad institucional gracias a las cuales muchos sobreviven. Nosotros ya advertimos claramente lo que podría suceder en el nº 99 dedicando a ello la portada y el Editorial con un rotundo e idéntico titular - ¡No vacune a su hija! - y un extenso y documentado reportaje que explicaba nuestra postura.
Posteriormente hicimos numerosas denuncias a nivel institucional que fueron ignoradas. Pues bien, a mediados de febrero se supo que más de la mitad de los catedráticos de Salud Pública de las universidades españolas han firmado un manifiesto en el que piden una moratoria de la vacuna. Un manifiesto que promovió en su momento el Centro de Análisis y Programas Sanitarios (CAPS), asociación científica sin ánimo de lucro que aglutina a numerosos expertos en salud y que en el momento de cerrar este número habían firmado ya más de 8.200 personas, entre ellas quien suscribe este editorial no como director de la revista sino como presidente de la World Association for Cancer Research (WACR).
Documento que aporta datos significativos que completan el esclarecedor artículo que publicamos en este mismo número sobre cómo se gestó el negocio de esta vacuna y que invito al lector a leer con detenimiento.
De hecho el citado manifiesto explica que como el precio de la vacuna -tres dosis- cuesta casi 500 euros por persona ello le supone al estado un coste de ¡125 millones de euros! ¡Cada año! Porque la idea es que la vacuna se ponga todos los años. Con fondos públicos a pesar de ser “voluntaria”. Razón más que suficiente para que la Fiscalía Anticorrupción actuara de una vez de oficio y nos explicara quiénes -además de los dueños de los laboratorios farmacéuticos, por supuesto- se están llenado los bolsillos con este vergonzoso negocio. Porque es intolerable que se esté jugando con la salud y la vida de nuestras hijas. Y es especialmente intolerable porque quienes lo han decidido –los miembros del Consejo Interterritorial de Salud y del Ministerio de Sanidad y Consumo- lo han hecho en una clara decisión política que intenta hacerse pasar por sanitaria.
Volvemos a reiterarlo: LA AFIRMACIÓN DE QUE LA VACUNA PREVIENE EL CÁNCER DE CUELLO DE ÚTERO ES GRATUITA. JAMÁS HA SIDO DEMOSTRADA. COMO NO ESTÁ DEMOSTRADA SU INOCUIDAD.
Por tanto, lo reiteramos: ¡NO VACUNE A SU HIJA!.
José Antonio Campoy